Refundar la razón desde Amerindia:

Homenaje a Juan José Bautista Segales


Resumen

El texto presenta diferentes planteamientos del filósofo Juan José Bautista Segales, tomando su pensamiento como un programa de investigación que busca refundar la razón desde Amerindia. Así también, se da a conocer diferentes autores que contribuyeron con su trabajo y se habla del contexto en que fue desarrollando sus ideas, es decir la Bolivia de principios del siglo XXI.

Abstrac

This paper presents different issues of the philosopher Juan José Bautista Segales, assuming his thought as a research program that search to refound reason from Amerindia. So too, talk about are given to different authors who contributed with their work and the context in which they developed their ideas, that is, Bolivia at the beginning of the 21st century.

Palabras clave: Bolivia, pensar, razón, marxismo, crítica, ética, pueblos indígenas.

Introducción.

Desde Bolivia la crítica a la modernidad se ha radicalizado y ha encontrado a su mayor exponente en Juan José Bautista Segales, cuya obra puede entenderse como un programa de investigación que pretende refundar la razón desde los pueblos indígenas, es decir desde Amerindia. Se puede decir en la actualidad que mientras la posmodernidad habría buscado deshacerse de la razón, el pensamiento crítico ético del profesor Bautista buscaría ese otro modo de pensar, otro modo de ser, otra forma de razonar que -según sus hipótesis- se encontraría en lo que la modernidad ha negado con el proceso de colonización.

En las siguientes páginas intentaré explicitar algunos de los planteamientos de Juan José Bautista Segales, a partir de las enseñanzas que varios de sus discípulos en Bolivia tuvimos la oportunidad de escuchar en los seminarios y cursos de postgrado a los cuales accedimos.  Es sin lugar a dudas, uno de los más profundos y radicales pensadores del momento y es, para cualquiera de quienes seguimos sus reflexiones, muy importante compartir cómo se traducía esto en el contexto boliviano que justamente es caracterizado por la transformación política. Se podría afirmar que en Bolivia ocurre una ruptura no sólo coyuntural, sino también es una ruptura histórica y paradigmática, así el pensamiento de Juan José Bautista como ningún otro, traduce la necesidad de esta ruptura. 

La opción por los pueblos indígenas no era en su caso sólo una posición política, existencial o cultural, sino siempre fue una especie de intuición ontológica, pues la novedad del pensamiento de Juan José Bautista reside justamente en esta radicalidad, que le llevó a pensar siempre la posibilidad de otra razón, otro modo de pensar, es decir a mostrar el camino para refundar la razón, a pesar o en contra de la modernidad.

El profe (como le decíamos en Bolivia) mostró que podemos vivir en correspondencia, es decir vida y pensamiento, buscando un cambio transcendental, no ser uno más de los tantos acomodados intelectuales que se jactan de repetir teorías foráneas y que creen que refrendando el último libro traducido sea del alemán, inglés o francés, tendrán los suficientes argumentos para aparentar tener alguna novedad en la ciencia, se les encuentra en las librerías locales buscando el último libro traducido de Bourdieu o algún otro autor francés o de otra nacionalidad europea o norteamericana, para sentirse autorizados de poder hablar sobre la realidad latinoamericana, sobre la política o incluso sobre la investigación en general. Bajo ese colonialismo mental que se encuentra a la orden día, es que surgió nuestro maestro Juan José, es de hecho una historia digna de ser contada desde diferentes versiones y puntos de vista.

El lector disculpará si mantengo el relato en primera persona para contar esta parte introductoria. Sin embargo, la veo necesaria para que se entienda, dado que hay elementos que son propios de la subjetividad boliviana, de la gente de la periferia, del pueblo, es decir del tipo de público al que estuvo dirigido en primera instancia las enseñanzas del profesor.

Entre los años 2000 a 2005 en Bolivia había una desolada incertidumbre por el futuro, la pobreza se expresaba de modo abrumador. Las noticias periodísticas de la prensa y la televisión de aquellas épocas reflejaban en cierta forma la situación, algo que queda en la memoria de la gente de entonces es que en enero del año 2000 hubo un conflicto entre dos pueblos indígenas Laimes y Qaqachacas, que tienen sus territorios entre Oruro y Potosí dos departamentos del altiplano. La pobreza era tal entonces entre aquellas poblaciones, que ocurrió que una niña que había quedado huérfana por los conflictos, tenía mucho miedo por acercarse a los personeros del gobierno que tenían la misión de recogerla para llevarle a un orfanato en La Paz, mientras las cámaras registraban todo lo sucedido, y se decía entonces que “los indios difícilmente van a querer irse, porque no conocen otra vida que aquella”, la niña en cuestión se fue con los personeros de gobierno porque vio un pedazo de pan que le ofrecieron aquel instante, la niña de unos 8 o 9 años de edad prácticamente corrió al ver el pan, mientras la gente de la ciudad comentaba que por lo menos en el orfanato tendría que comer. La pobreza extrema se había naturalizado, pero sobre todo, había una elevada segregación racial y cultural que era muy difícil advertir que éramos (y quizá seguimos siendo) tan altamente racistas en nuestro modo de pensar y sentir. El sistema educativo apoyaba abiertamente esta inclinación hacía la desaparición de los pueblos indígenas, esta inclinación a modernizarse. Lo “atrasado” era identificado con el campesino, con el indio y con el indígena.

Fue en este periodo que el profesor Juan José realizaba visitas periódicas a Bolivia pues, aunque vivía desde los años 80’s en el extranjero, siempre mantuvo la relación con algunos intelectuales de izquierda, a pesar de que muchos se habían convertido en epígonos de las ideas neoliberales y hasta promotores de la extrema derecha. Raúl Prada, un intelectual de la izquierda de aquel entonces, llevaba adelante un programa doctoral en epistemología sin un respaldo administrativo suficiente, pero que sirvió para que el profesor Juan José sea invitado en el año 2004 a dictar un seminario sobre Martín Heidegger, ante los entusiastas estudiantes de doctorado a los cuales impresionó y éstos acordaron de organizar de modo independiente más seminarios los años siguientes.  

En cuanto a mí, es necesario apuntar que en el año 2003 me encontraba cursando el último grado de colegio y así mismo asistiendo a un programa de servicio premilitar recién iniciado por las fuerzas armadas, en el cual se asiste a la instrucción solo fines de semana, y al acabar el bachillerato también se recibe una libreta que remplaza el cumplimiento de haber realizado el “servicio militar” que es obligatorio en el país, pero ¿por qué es importante contar esto? Dado los acontecimientos de octubre de 2003, el servicio premilitar tuvo que retirarnos a todos en septiembre de aquel año (normalmente este programa termina en diciembre, es decir nos retiraron cuatro meses antes de lo previsto), al mismo tiempo que las clases en colegio se paralizaron por semanas, todo aquel año fue de conflictos, pero fue demasiado evidente y hoy es fundamental entenderlo y aceptarlo: las más de 70 muertes en octubre negro de 2003 fueron planificadas.

Nunca olvidaré aquel discurso final del comandante general del cuartel donde hacía mi servicio premilitar, nos dijo que debíamos irnos en septiembre porque en octubre se venía la mayor guerra nunca antes vista en el país, que el gas incluso el litio mencionó, debían irse a otro país para que sirvan de algo. Era claro que la venta y exportación del gas a un precio de diez veces menos el valor al que pagaban los mismos bolivianos sería la última gota que derrame el vaso, la gente en El Alto no iba a permanecer quieta o pasiva, fue entonces que ocurrió.

La noche en la que se realizó un operativo para llevar camiones de garrafas  de gas licuado de la planta de Senkata hacía la ciudad de La Paz fue exitosa con ayuda de las tropas militares que hicieron el operativo, los camiones debían recorrer como unos 70 kilómetros y la primera parte del tramo era la carretera interdepartamental que cruza toda la ciudad de El Alto, a la altura del Puente Bolivia cerca de donde yo vivía,  a las diez horas de la noche, las ráfagas de metralleta no dejaron de sonar alrededor de una hora. La luz se cortó, solo se veía a lo lejos destellos que provenían del enfrentamiento y luego vecinos que se aprestaron a ir al auxilio de los heridos para llevarlos hacia un hospital cercano, esa noche murieron vecinos, amigos y luego se supo que hubo más operativos de ese tipo en distintas zonas de la ciudad de El Alto con más muertos y heridos; al día siguiente las campanas no dejaron de sonar, los dirigentes vecinales llamaron a reuniones, era claro la ciudad de El Alto entraría en un paro indefinido hasta que renuncie  quien consideramos era el principal asesino, el entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada apodado como el Goni. La ciudad de El Alto es en su totalidad indígena, mantiene una migración del área rural y de los campamentos mineros de ascendencia quechua, aymara y demás pueblos indígenas, mantiene por ello también mucho de la cultura indígena en cuanto a su forma de vivir. En aquel momento era claro que el neoliberalismo, es decir aquel discurso sobre el mercado y sus beneficios sólo podía darse sobre la base de sacrificios humanos, es decir que para que acontezca y funcione, nosotros los indígenas sólo podíamos ser parte de un cálculo, como personas destinadas a desaparecer para que los ricos sigan llenándose los bolsillos.

Por mi parte empecé un tiempo de mucha reflexión, no me preguntaba “qué voy a estudiar” sino “para qué voy a estudiar”. Transcurrió el año 2004 del mismo modo, es decir en medio de momentos críticos al frente de Carlos Mesa (vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada) bajo la misma política neoliberal, se vivía momentos de suma preocupación; pero aun así se seguía pensando que el neoliberalismo debe seguir y que no hay otra opción, se veía a Felipe Quispe el Mallku (el dirigente histórico de los pueblos aymaras del altiplano) como subversivo y rebelde, mientras los medios de comunicación racistas y clasistas casi sin excepciones, tildaban de antidemocrático las protestas de los campesinos. A finales del año 2005 gana las elecciones presidenciales el MAS-IPSP con una mayoría jamás vista en la historia de Bolivia. Ahora bien, es todavía más complejo explicar esta victoria electoral, que seguramente requiere de mayor profundización y estudio, el caso aquí es apuntar el contexto de aquella coyuntura que siguió estando marcada por lo ocurrido en octubre de 2003.

El año 2005 ingresé a estudiar la carrera de ciencias de la religión y teología en el Instituto Superior Ecuménico Andino de Teología – ISEAT, espacio poco conocido pero que tenía vinculación directa con la teología de la liberación, siendo parte de una red latinoamericana de instituciones como el Departamento Ecuménico de Investigaciones – DEI cuyo director y fundador era precisamente Franz Hinkelammert que es muy importante en la obra de Juan José Bautista. El primer año de estudio conocí a un compañero que había sido estudiante del profesor Bautista en aquel programa doctoral en epistemología, y justamente me facilitó algunos audios de aquellos cursos dedicados al libro Ser y Tiempo de M. Heidegger. Desde que escuché aquellos audios, grabados en cinta cassette, me pareció una lectura política muy brillante sobre la realidad boliviana, mientras también organizamos un grupo de estudio para revisar y debatir los tomos de ética de la liberación de Enrique Dussel del cual comenzamos a leer todo lo que pudimos.

Y es cuando casi a mitad del año 2005 este compañero me dijo que el profesor Juan José había enviado un par de textos suyos para que los leyéramos y le enviásemos comentarios, leí entonces el texto de la crítica a la razón boliviana y el ensayo de Juan José ¿Qué significa pensar desde América Latina?, ambos textos eran por demás novedosos, tanto así que pensamos que más gente y especialmente estudiantes deberían tener acceso a esos textos y por ello debían ser publicados para tener mayor difusión. Como pobres estudiantes de teología sin recursos en medio de un tiempo coyuntural marcado por las elecciones presidenciales, quizá, más importantes de la historia de Bolivia, acordamos contribuir y publicar al profesor, quien también buscaba justamente eso. No era fácil en aquel entonces que editoriales aceptaran publicar un texto de ese tipo, entonces creamos nosotros mismos, bajo el nombre de “pisteuma” (nombre que cambiaríamos en unos meses por “Grito del Sujeto”) una editorial con la cual se publicó el primer número del libro del profesor, tuvimos que recurrir a préstamos, incluso mis padres colaboraron con un monto de dinero para que se pueda pagar a la imprenta.

La presentación del libro fue en el Hall de la Vicepresidencia de la entonces República de Bolivia, comentó el libro Luis Tapia y Rafael Bautista el hermano de Juan José, yo estaba siempre entre promoviendo y vendiendo los libros, así como invitando a estudiantes para que ingresen a la presentación del libro. El lugar (la vicepresidencia) fue bastante simbólico dado que, en aquel entonces, no era común que el pueblo tenga cabida para usar esos ambientes, se mantenía en el lugar un aire más de aparente finesa, es decir de refinadas clases en el poder y para mí que jamás había pisado un lugar tan elegante, fue difícil incluso cruzar la puerta, pues me sentía observado y muy incómodo y sin embargo tuve que ayudar en todo para que se realice la presentación. Desde la presentación del libro a finales del año 2005 y el inicio del año 2006, todo era hablar del profesor Juan José Bautista y del libro, no era muy conocido en el medio boliviano y seguramente permanecería así por un tiempo más, aunque la coyuntura política y la llegada a la presidencia de Evo Morales otorgaba al ambiente un toque de mucha esperanza.

Fue entonces que mi compañero de estudio me avisó que llegaría el profesor Juan José y que había citado a los estudiantes que estén interesados en comenzar un ciclo de seminarios con él. De hecho, había pedido propuestas, por nuestra parte acordamos de pedirle un seminario sobre Martín Heidegger. La cita era en el Café Terraza que se encontraba en pleno centro de la ciudad de La Paz a las 3 de la tarde; creo que aquel día dejé todas mis ocupaciones para concentrarme en repasar su libro, en incluso escribir alguna pregunta en mi cuaderno para poder decir algo en la reunión.

Llegamos antes, recuerdo que daban las 2:30 pm en el reloj de la pared, mientras me decían que el profesor es muy puntual y no le gusta cuando la gente se retrasa, aquel café resultaba muy costoso para mí, así que pedí lo más barato del menú y así esperar como parte de los invitados. De pronto, entró un señor moreno de gabardina negra, pelo medio corto rizado y casi ninguna cana visible en su cabellera negra, me pareció bastante joven para ser él y justamente mientras todos lo saludaban y yo me presenté, él dijo que era bastante joven, pero aclaró que lo era para la filosofía. Le comentamos entonces, nuestra propuesta de hacer un seminario sobre Martin Heidegger, pero él nos sorprendió con su respuesta, pues nos dijo: “les propongo revisar el libro con el cual ustedes solitos van a poder refutar a cualquiera de estos intelectuales que dicen ser de izquierda marxistas o liberales” el profesor podía atrapar a su público en cuestión de segundos en sus seminarios o en una reunión cualquiera, y ya convencidos sólo le preguntamos de qué libro se trata, y nos dijo: la Ciencia de la lógica de Hegel. Sólo un detalle más antes de dejar este pequeño relato, en un momento de la reunión un desubicado (como siempre y en todo subsisten y se cuelan a este tipo acontecimientos) le dijo al profesor que la gente que ingrese al seminario debían tener un alto nivel intelectual, lo hizo mirándome dado que yo era un estudiante de segundo año de teología y de primer año de antropología, entonces fue cuando Juan José sacó su vocación de sabio maestro y respondió: “los que dices que tienen alto nivel intelectual a veces son quienes más basura mental tienen, y es muy posible que los jóvenes sean a quienes más les sirva este seminario por ello no debemos privarles el ingreso”.

Entonces fue que comenzamos una serie de seminarios desde el año 2006 al año 2008 de manera constante, y los años siguientes con meses de por medio. Fueron diferentes espacios formativos en los que pudimos seguir al profesor, vimos de primera mano su avance académico, nos alegramos con sus logros y mantuvimos la comunicación con reuniones en diferentes momentos. Organizamos diferentes cursos de manera independiente como aquel del año 2016 dedicado al “Vivir Bien y la economía”, donde el profesor hizo énfasis en la obra de Hinkelammert y el debate del socialismo a principios del siglo XX. Así mismo, teníamos acordado un seminario sobre el tiempo mesiánico a partir de la obra de Walter Benjamin que debía dictarse en diciembre del año 2019, ya habíamos comprado los boletos de avión, pero la coyuntura tan difícil hizo imposible la realización de este seminario. Ya los últimos años solo lo seguimos en sus clases por plataforma virtual y escuchamos algunas presentaciones a principios del año 2021, justamente sobre el quehacer del filósofo. Escuchamos cómo su voz se fue apagando de modo totalmente inverso al de sus ideas que más bien se están encendiendo.

§ 1

Repensar la dialéctica, diálogo con Zavaleta Mercado

La obra de René Zavaleta Mercado[1] es muy importante para Juan José Bautista especialmente al comienzo de sus escritos. El marco de comprensión que los une tiene que ver con un marxismo heterodoxo, una reinterpretación de Karl Marx y un acercamiento a G.W.F. Hegel desde los problemas bolivianos y latinoamericanos.  En ese sentido, en la primera edición del texto Crítica a la razón boliviana de 2005, en el apartado “Introducción a la historia moderna de la subjetividad boliviana” puede leerse lo siguiente:

La subjetividad del boliviano que conocemos hoy (a principios del siglo XXI) no nace con la república en 1825, sino en el período comprendido entre la guerra del Chaco y la revolución de 1952. Dos experiencias que marcaron una nueva situacionalidad histórico-social para un nuevo desarrollo de otra subjetividad distinta a la del siglo XIX. (Bautista, 2005:45)

Tal cual es la hipótesis clásicamente zavaletiana acerca de la formación de la conciencia nacional y la propuesta de lectura de la realidad histórica boliviana a partir de las crisis, que empero no se abordaba el problema de la “moderna subjetividad boliviana” esto más bien lo incluye Juan José Bautista, al intentar leer la historia boliviana a partir de la problematización sobre modernidad, cuestión que no es común entre los autores bolivianos.

Así mismo, el problema de la “subjetividad boliviana-latinoamericana” viene justamente de un debate con la obra de René Zavaleta, donde la novedad es que problematiza, antes de repetir, las teorías y las ideas con las que se encuentra, por ejemplo, las ideas sobre la comprensión histórica boliviana, aquellas expresadas por autores como Zavaleta o Augusto Céspedes[2]. Una cuestión muy importante es acerca de la formación de la conciencia nacional que está relacionada a la constitución de sujetos y cómo estos actúan en un proceso revolucionario; se trata de un problema que de hecho aún no está resuelto y que puede ser pertinente en otros contextos o países de Latinoamérica. Justamente en ese sentido Bautista se hace la pregunta sobre el fracaso de la revolución del 9 de abril de 1952[3], es que no cambió ni se revolucionó la idea que primigeniamente causa muchos males en el país, es decir aquella que sostiene la “inferioridad innata de las razas originarias de estas tierras” (Bautista, 2005:52).

La lectura acerca del “problema del racismo” transversaliza varios elementos en la obra de Juan José Bautista, lo toma como una especie de raíz de la misma modernidad, es decir que la forma de razonar que los modernos han desarrollado, es constitutivamente racista y por eso es que en la modernidad se entiende de modo natural la idea de que existan razas superiores y  razas inferiores, aunque la explicación de esto se haya sofisticado, en la historia queda que en la primera mitad del siglo XIX autores como Juan Bautista Alberdi o Domingo Sarmiento hayan legitimado a las oligarquías del continente bajo las ideas de superioridad racial.

En Zavaleta este problema se encuentra de modo más explícito en su último libro que fue publicado póstumamente, es decir Lo nacional popular en Bolivia de 1986, presenta justamente el hecho de un “racismo interiorizado” como parte de la subjetividad de lo boliviano, que es el problema principal para poder tener un proyecto realmente nacional, siguiendo la idea del “momento constitutivo” se plantea que debe leerse a las naciones y a las sociedades desde su origen, que de alguna forma da sentido a la actualidad y que es entendible en momentos de crisis; este momento constitutivo no necesariamente coincide con las fechas formales o cívicas de fundación de un país que en términos histórico-sociales no terminan diciendo nada, por ello el momento constitutivo de cada sociedad debe buscarse y estudiarse.

En todo caso Zavaleta intenta dar un giro, indicando que el proyecto nacional posible es justamente un proyecto indígena, por ello la interpretación sobre el mundo del “Temible Willka” cambia totalmente la visión que hasta ese momento se leía en un autor marxista como él, dado que se puede encontrar un proyecto viable para el país, pues al fin de cuentas todo lo capitalista del país está condicionado por lo no capitalista, y en ese sentido hasta la oligarquía está determinada por lo “indio”, detrás de este planteamiento hay una forma de razonar que se podría identificar un tanto con la dialéctica y otro tanto con la fenomenología. Justamente era una lectura que hizo Juan José Bautista, por eso la discusión detrás del texto de la Crítica de la razón boliviana no es un problema maniqueo, es decir no es la modernidad contra el mundo indígena de modo que se reduzca la cuestión y se convierta en una más del dualismo estructuralista tan de moda entre las ciencias sociales hoy en día. La lectura que Zavaleta hace de Bolivia es un ejercicio de pensar dialécticamente el mundo, en el caso de Juan José Bautista esta problematización con Zavaleta le llevará hacía la revisión de la obra de Franz Hinkelammert y posteriormente a una reinterpretación del propio Karl Marx. 

En cuanto a la idea de “Estado aparente” la cual en más de una vez el propio Juan José Bautista hizo alusión, es planteada por Zavaleta en su texto sobre “Formaciones aparentes en Marx” aparecido en una revista de México en 1978, en tal texto se empieza haciendo referencia acerca de las formas jurídicas distantes de las formas sociales, así como la crítica a los marxistas ortodoxos por la interpretación dogmática de la estructura económica y las super estructuras ideológicas. Zavaleta cita en extenso, el apartado donde Marx en el prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política habla acerca de las revoluciones y el cambio en la base de la estructura económica y las superestructuras. En todo caso, Zavaleta termina diciendo, acerca de la interpretación que muchos marxistas latinoamericanos sostenían en aquella época, lo siguiente:

“Es al leer este parágrafo cuando uno tiene ocasión de advertir cuánto puede distorsionarse el pensamiento de Marx ateniéndose, sin embargo, a la literalidad de Marx, lo que tal vez podría decirse también así: “cómo arruinar el marxismo, aunque citando a Marx” (Zavaleta, 2009: 85 – 86).

Zavaleta para aquel tiempo ya era muy consciente de la dogmatización de intelectuales de izquierda que en muchas ocasiones citan a Marx, pero para hacerle decir lo que piensa Lenin o para repetir los manuales marxistas antiguos. En ese sentido hay una especie de escuela boliviana que va de Zavaleta a Bautista, cuyo principal meollo es leer los problemas bolivianos a partir de la crítica de las recepciones dogmáticas de las obras de autores clásicos pertinentes a la comprensión de los problemas sociales, en este caso de la obra de Karl Marx. Y particularmente a propósito del Estado, es claro que el dogma de izquierda sostenía una forma mecánica de determinación, como si toda sociedad que tenga economía tiene de por sí Estado y/o que toda sociedad produzca así mismo su Estado, sin si quiera planteárselo. Así como hoy se sostiene la idea weberiana de que toda sociedad es ya una comunidad política o que -y eso es lo que más llama la atención- “toda la sociedad es el pueblo”. Curiosamente el dogmatismo marxista de hace más de cuatro décadas atrás coincide con los supuestos weberianos y neoliberales que sostienen hoy intelectuales y políticos modernos y post modernos, quitando de su léxico los problemas relativos a las clases sociales por su puesto.

Así mismo, algunos de los pasajes en la Crítica de la razón bolivianaejemplifican este tema, especialmente cuando se abordan los temas relativos a la “conciencia nacional-popular” (Bautista, 2006: 28) se asume normalmente la versión zavaletiana de la formación de la conciencia nacional, tomando los momentos constitutivos e históricos, uno de los cuales sería la guerra del Chaco (1932 – 1935), que Zavaleta aborda en su capítulo denominado el “estupor de los siglos” que además lleva en sí un ensayo de interpretación histórica de Bolivia, tema no menor, dado que en el país y quizá pasa lo mismo en otras partes del continente, los historiadores no se dedican a la reinterpretación general de la historia, sino a escudriñar datos de periodos ya delimitados por la historia oficial. Pero el intento de Juan José Bautista en su diálogo con Zavaleta pretendía justamente desfondar la cuestión, es decir plantear la reinterpretación de la historia a partir de la incorporación de los pueblos indígenas como sujetos de la historia, lo que necesariamente lleva a la incorporación de una visión descolonizadora desde el mismo pueblo.

El punto VII de la Crítica  a la razón bolivianaes bastante claro al respecto, pues se intitula “Del pensamiento colonial, a la des-colonización de la conciencia nacional-popular” Es como continuar la obra de Zavaleta Mercado desde un enfoque nuevo, el problema de la descolonización de la conciencia, por ello el problema de la subjetividad del boliviano-latinoamericano es una continuación posible del programa de investigación zavaletiana, en algún momento el mismo profesor Bautista contó que también coincidía en esto en un principio, pero que el mismo problema llevaba a una mayor complejización y con esto se hacía mucho más amplio y profundo la necesidad de pensar la realidad latinoamericana, tanto así que ya no alcanzaría la obra de Zavaleta Mercado para poder dialogar respecto de lo que estaba aconteciendo.

§ 2

Más allá de la racionalidad moderna

La intensión establecida claramente desde la publicación de la Crítica de la razón boliviana era la de trascender la racionalidad moderna. De ese modo el profesor Juan José indica que:

“En lo teórico lo que se impone no es sólo iluminar con el entendimiento la situación histórica actual, sino producir un conocimiento que permita construir aquello que se pretende. Porque el conocimiento, desde el más simple, hasta el más complejo o abstracto, siempre es en última instancia ‘comprometido’ con algún proyecto o idea de sociedad y humanidad”. (Bautista, 2005:19)

La crítica a la racionalidad moderna o a la forma de razón que hoy en día gobierna de alguna forma y es asumida históricamente en un proceso de conformación de las sociedades, las naciones y los estados, es el principal objetivo de investigación, en una primera instancia gracias al pensamiento de Enrique Dussel Ambrosini, que el profesor Bautista conocía desde fines de los años 80’s. En la actualidad es bastante conocido este filósofo argentino de nacimiento que asumió la nacionalidad mexicana, reconocido sobre todo por ser uno de los iniciadores de la Filosofía de la Liberación. Los elementos que se recogen de la obra de Dussel, están planteados y explicados en el ensayo ¿Qué significa pensar desde América Latina?Que apareció en principio como anexo a la publicación del 2005, y que más tarde se publicó de modo ampliado por la editorial Akal en el año 2014. Es importante este texto porque es una lectura histórico-epistemológica que realiza el profesor Bautista, analizando la obra de Enrique Dussel, extrayendo justamente las dificultades con las que se debe enfrentar un pensamiento propio, un pensamiento crítico y liberador.

La crítica que se hace a la “totalidad vigente” desde el reconocimiento del “Otro”, llamó mucho la atención del profesor Bautista. Es decir, el núcleo de la obra de Enrique Dussel mantiene esta problematización sobre la crítica a la totalización de la vida, al dominio de occidente, pensando siempre desde la exterioridad, desde los oprimidos, desde el pueblo; aunque es claramente identificable un cambio en la perspectiva especialmente después de los diálogos con la obra de Karl-Otto Apel, que desembocaron en la revisión de otro autor más que relevante en el itinerario de revisiones y diálogos, en este caso es Franz Hinkelammert.

Ahora bien, la novedad que presenta el profesor Bautista en su lectura sobre Hinkelammert es intentar llevar los problemas de un campo teológico-económico a otro filosófico y viceversa, es decir al plantearse la explicación de la obra de Hinkelammert (Bautista, 2009), entiende que se trata de un pensamiento crítico cuyo centro es la ética, por ello establece entender la crítica como una forma de ética y de modo inverso, pero todavía se vas más allá porque se trata de replantear los problemas relativos a la ontología y repensarlos desde el fundamento que propone Hinkelammert que es la Vida. Las mentes más prejuiciosas, no entienden y de hecho no aceptan el papel de la teología en esta reflexión, aunque filósofos occidentales como Martin Heidegger o G.W.F Hegel prácticamente están dentro del canon del pensamiento teológico occidental, quizá la tozudez viene de la costumbre atea que el marxismo del siglo XX imprimió en la educación de países latinoamericanos. El caso es que el pensamiento de Hinkelammert es sobre todo teológico, y por ello la lectura sobre Marx es una especie de análisis sobre un profeta, y el capitalismo no es otra cosa que, como sugirió Walter Benjamin, una religión. Pero así mismo, el propio Enrique Dussel es considerado un teólogo de la liberación, y ha realizado muchos aportes especialmente con las investigaciones sobre la historia de la iglesia latinoamericana.

No se trata en todo caso, de la reivindicación de una ciencia o una disciplina que ha sido mal entendida como la teología, o en todo caso en Latinoamérica simplemente ha sido muy poco escuchada. Sino de la forma cómo se abordan los problemas, y podría decirse que esta tradición crítica necesariamente guarda un lugar importante para la teología, presta oídos sobre los problemas que son comunes en el orden de los diferentes discursos teológicos del siglo XX. Así mismo, la confusión del ateo cientista latinoamericano es confundir los dogmas de la religión cristiana con el trabajo teológico, se le escapa por tanto gran parte de la realidad, no se le ocurre que la garantía de su realidad está más allá de lo que ha llegado a razonar como acción humana, se asume a sí mismo como máquina. Y es así que convierte todo en banalidad, carece justamente de ética.

§ 3

Pensar desde Amerindia

Si bien la problematización filosófica sobre el “pensar” era algo que siempre rondaba entre el clásico texto de Martin Heidegger “¿Qué significa pensar?”  y la tarea de explicitar el trabajo filosófico y localizado del profesor Dussel, había un tercer autor que fue, al parecer, uno de los principales maestros de Juan José Bautista, en este caso es Hugo Zemelman Merino, chileno de nacimiento que también terminó radicando desde los años 70’s en México, dado que fue exiliado en 1973 después del golpe de Estado que hiciera Augusto Pinochet al gobierno de Salvador Allende. La obra de Zemelman siempre acompañó al profesor Bautista y está reflejada en gran medida, siendo quizá uno de los pensamientos más originales. La originalidad no radicaría en el hecho de que haya novedades en los planteamientos, sino en el grado de correspondencia de un pensamiento con su realidad. En este caso, Zemelman pudo sostener un pensamiento a partir de las experiencias políticas de la izquierda latinoamericana, en particular la experiencia del gobierno popular, la unidad popular de Chile hasta 1973. La obra de Hugo Zemelman, a diferencia de Dussel y Hinkelammert, plantea de modo explicito la relación de la política con el conocimiento, los problemas relativos al Sujeto y su transformación son abordados desde la inquietud de transformar. A Zemelman no le gustaba el discurso actual en filosofía, la veía como una especie de oda existencialista, y sin embargo siempre estuvo planteando problemas filosóficos, así que por ello el profesor Juan José se nutrió de las problematizaciones que tenían dos elementos, el relacionado con el contenido del tema mismo y la comprensión de cómo se está produciendo el conocimiento, y esto ligado a la pregunta acerca de si se está produciendo conocimiento o sólo se están repitiendo modas teóricas y ahí es donde el profesor Bautista diría que efectivamente la colonialidad ha terminado definiendo el conocimiento producido, esto nos lleva a la crítica de la razón latinoamericana, especialmente de  las ciencias sociales.  

El impulso detrás de todo esto hace del profesor bautista, un autor en busca del pensar, que ha iniciado este camino, el de refundar la razón desde nosotros mismos, es decir desde los excluidos por la historia mundial, desde los pueblos indígenas, desde los pobres, desde el pueblo mismo. Sin embargo, se debe terminar apuntando que ha sido movido de hecho más por la intuición incluso espiritual. La conciencia de que ese “más allá” al que se quiere arribar, es en realidad ese “más acá” que hoy es menos preciado por el racismo innato de nuestro tiempo. Es el pachakutiy respectivamente el nairapacha y el jicchapacha, que hoy son la sombra de la modernidad, que en algún otro tiempo su actividad operante era reconocida por ancestros comunes a la humanidad, aquellos entre los cuales hoy se encuentra nuestro profesor.  

Bibliografía

Bautista Segales Juan José (2005) Crítica a la razón boliviana. Elementos para una crítica de la subjetividad del boliviano-latino-americano. La Paz: Pisteuma.

Bautista Segales Juan José (2014) ¿Qué significa pensar desde América Latina? Hacia una racionalidad transmoderna post occidental. Madrid: Akal.

Bautista Segales, Juan José (2007) Hacía una crítica ética del pensamiento latinoamericano. Introducción al pensamiento crítico de Franz Hinkelammert. La Paz: Grito del Sujeto.

Zavaleta Mercado, René (1986) Lo nacional-popular en Bolivia. México DF: FCE.

Zavaleta Mercado, René (2009) “Formaciones aparentes en Marx” En: La autodeterminación de las masas. Bogotá: CLACSO.

Zemelman, Hugo (2011) De la historia a la política. La Paz: Grito del Sujeto.


[1] René Zavaleta Mercado es uno de los autores bolivianos más importantes del siglo XX, mantuvo siempre su análisis en relación al campo político y social, terminó su carrera en el exilio, justamente en la ciudad de México a los 47 años de edad.

[2] O Carlos Montenegro, cuyas ideas junto con las de Zavaleta, tuvieron influencia en la revolución de 1952. Incluso hoy sus ideas siguen siendo la base de comprensión de la historia boliviana y de la realidad política en los centros de estudios.  

[3] El Movimiento Nacionalista Revolucionario – MNR el partido político boliviano más representativo del siglo XX enarbola desde siempre esta fecha, que se la conoce como la revolución nacional. En Bolivia hasta 1952 todavía existía un sistema de haciendas que otorgaba a una persona grandes extensiones de tierra, empero no era sólo la tierra, sino todo cuanto había en ellas, es decir personas y comunidades enteras fueron parte de este sistema bien podría identificarse con un modelo esclavista o feudal.

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